BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, recibió ayer en su despacho de la Casa Rosada al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo.
La jefa de Estado decidió encontrarse con Arancedo luego de que el martes el prelado fuera designado al frente de la CEA en reemplazo del cardenal Jorge Bergoglio.
Durante el encuentro que fue "un saludo protocolar" a la nueva cúpula de la Iglesia, no se habló ni de pobreza ni del aborto o el nombramiento de un obispo castrense. Así lo informó el vocero episcopal Jorge Oesterheld, quien señaló que se trató de una reunión "grata" y "muy amable y distendida", en la que se abordó la situación en la Iglesia y el país, pero a nivel general.
La Presidenta y Arancedo coincidieron "en el ser humano como la preocupación central, tanto del Estado como de la Iglesia", al tiempo que acordaron mantener un diálogo permanente. "Monseñor se retiró muy satisfecho, fue un encuentro muy bueno, una conversación muy positiva", explicó el portavoz.
En declaraciones que formuló en la calle, Oesterheld señaló que en la reunión "se trató el papel del Estado, de la Iglesia, de la autonomía para que la Iglesia desarrolle su función".
Luego se encargó de dejar en claro que durante la conversación con la jefa de Estado no se tocaron temas ríspidos para ambas partes. Frente a la requisitoria periodística sobre si se había hablado de la pobreza, remarcó que "siempre la Iglesia plantea las preocupaciones que tiene", pero advirtió que no se trató "puntualmente" esa cuestión.
Una respuesta similar dio sobre el aborto y sobre el nombramiento de un nuevo obispo castrense, puesto vacante desde la presidencia de Néstor Kirchner: "Fue un encuentro protocolar; no hubo temas puntuales", agregó. Cuando se le consultó si el encuentro -que duró 45 minutos- significa el inicio de una nueva relación entre el Gobierno y la Iglesia, explicó que "se han renovado las autoridades y eso conlleva continuidad, pero también es renovación porque es gente nueva la que dirige la institución".
También participaron del encuentro Virginio Bressanelli (Neuquén), Mario Cargnello (Salta) y Enrique Eguia Segui, obispo auxiliar de Buenos Aires. Además, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el canciller Héctor Timerman, y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri. (DyN)
La jefa de Estado decidió encontrarse con Arancedo luego de que el martes el prelado fuera designado al frente de la CEA en reemplazo del cardenal Jorge Bergoglio.
Durante el encuentro que fue "un saludo protocolar" a la nueva cúpula de la Iglesia, no se habló ni de pobreza ni del aborto o el nombramiento de un obispo castrense. Así lo informó el vocero episcopal Jorge Oesterheld, quien señaló que se trató de una reunión "grata" y "muy amable y distendida", en la que se abordó la situación en la Iglesia y el país, pero a nivel general.
La Presidenta y Arancedo coincidieron "en el ser humano como la preocupación central, tanto del Estado como de la Iglesia", al tiempo que acordaron mantener un diálogo permanente. "Monseñor se retiró muy satisfecho, fue un encuentro muy bueno, una conversación muy positiva", explicó el portavoz.
En declaraciones que formuló en la calle, Oesterheld señaló que en la reunión "se trató el papel del Estado, de la Iglesia, de la autonomía para que la Iglesia desarrolle su función".
Luego se encargó de dejar en claro que durante la conversación con la jefa de Estado no se tocaron temas ríspidos para ambas partes. Frente a la requisitoria periodística sobre si se había hablado de la pobreza, remarcó que "siempre la Iglesia plantea las preocupaciones que tiene", pero advirtió que no se trató "puntualmente" esa cuestión.
Una respuesta similar dio sobre el aborto y sobre el nombramiento de un nuevo obispo castrense, puesto vacante desde la presidencia de Néstor Kirchner: "Fue un encuentro protocolar; no hubo temas puntuales", agregó. Cuando se le consultó si el encuentro -que duró 45 minutos- significa el inicio de una nueva relación entre el Gobierno y la Iglesia, explicó que "se han renovado las autoridades y eso conlleva continuidad, pero también es renovación porque es gente nueva la que dirige la institución".
También participaron del encuentro Virginio Bressanelli (Neuquén), Mario Cargnello (Salta) y Enrique Eguia Segui, obispo auxiliar de Buenos Aires. Además, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el canciller Héctor Timerman, y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri. (DyN)